
Me despierto un buen rato antes de que suene el despertador...
Ya ha amanecido y la luz entra e inunda mi habitación. Me quedo ahí, quieta, relajada,... mirando a ninguna parte y pensando en todo y en nada a la vez.
Remoloneo, hago pereza, pero no hay más remedio que ir a currar. Una ducha, un desayuno medio en condiciones y salgo disparada por la puerta.
Unas cuantas horas más tarde vuelvo a casa en el metro, de pie y soñando con un asiento, aunque, como casi todos los días, logro zambullirme en mi libro y terminar con la sensación de que el viaje se me ha hecho corto...
Ya en casa picoteo un poco lo que pillo en la nevera y me lanzo de cabeza al sofá. Pero, me niego a desaprovechar una tarde libre. Termino de mirar unas cosillas y me voy a dar una vuelta...
Mañana, más de lo mismo.
4 comentarios:
me encantan esos cinco minutos mirando al techo en la cama y los trayectos "cortos" (aki en tren) leyendo un buen libro :-)
Ese ratito es especial... sip! Igual que cuando te despiertas a media noche y ves que todavía te quedan horas de sueño...
En el metro o el tren, no se qué haría sin un libro...
Besito Dunita :*
Acariciando la rutina ^_^
Como siempre... :P
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